viernes, 29 de noviembre de 2013
Los Borrachos del Tablon
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LOS BORRACHOS DEL TABLON
El núcleo duro de la hinchada de River Plate, el grupo caracterizado como barra bravas, se autodenomina “Los Borrachos del Tablón”.
A partir del 2000 se consolidó como la barra más organizada, violenta y respetada en el ambiente. Una de las características que la diferencia de otras hinchadas es por ejemplo, que nunca avisa a la policía para anunciar su recorrido hasta una cancha visitante, mientras que La 12 (hinchada de Boca Juniors) siempre avisa en qué y por dónde va a ir.
Durante mucho tiempo, los barras de River hacían la repartija de entradas en Excursionistas (cuando se jugaba en el Monumental) o en la placita Serrano, en Palermo, o en una cancha de Constitución y Pichincha, cuando el equipo era visitante. Pero después dejaron esta metodología y se cuidaron de dar pistas sobre su organización.
Integrantes de otras barras confesaron tenerles mucho respeto a los de River. De hecho, en 1990, los dirigentes recurrieron a los carapintadas para sacarlos del club, pero ni así pudieron. Las otras hinchadas los acusan de poseer contactos políticos de buen nivel y tener ayuda de algún empleado de la SIDE y de la Policía. Y dan este ejemplo: “Una vez, los de Platense robaron banderas de River de un auto estacionado en Cabildo. A los dos días las debieron devolver por gestiones de la Policía”.
Lo que hay que reconocer, aseguran los rivales, es que son innovadores. En el 96, ante la “U” en Chile, empezaron a usar el gas paralizante: ahora es parte del equipaje de mano en los viajes. A propósito, a Tokio (ante la Juventus) fueron 40 barrabravas; a Francia 98, 15. A Paraguay, contra Cerro Porteño, fueron en avión a Posadas y micro a Asunción. En Alemania 06 fueron la barra que más integrantes llevaron, 42, toda la plana mayor de LBDT estuvo presente. Mientras la segunda línea de Boca y los de Independiente paraban en República Checa para bajar gastos, la de River tenía dos búnkers: los de menor rango, un camping de Munich (donde tuvieron un enfrentamiento con policías), los jefes, en la casa del ex jugador de River Martin Demichelis. A los primeros tres encuentros del grupo de la selección nacional fueron sin problemas. Pero para los octavos de final, no pudieron acudir en masa debido que varios de ellos fueron acusados de la reventa de entradas falsas y de haber ocupado lugares que no les correspondían.
Fuentes de financiamiento
Tendrían una entrada fija de entre 60.000 y 80.000 pesos, reventa de entradas para partidos y espectáculos musicales que se hagan en el Monumental, control de los cuidacoches en estacionamientos linderos al estadio los dias de partido y de recitales, muchos actúan como seguridad en los accesos al estadio cuando hay recitales, alquiler de los ómnibus de traslado de hinchas cuando se juega en el interior. Extraoficialmente se rumorea que tambíen cobrarían un porcentaje de las ventas de varios jugadores (caso Higuaín, Carrizo). Todo ascendería a los $300.000 mensuales, sumado al beneficio de tener los hoteles y los viajes al exterior pagos.
Durante los 70’ el jefe de la barra fue Matute y Tripa, ya en los 80 le siguió Alberto Matutito Taranto, que con 21 años, fue asesinado el 19 de octubre de 1983, a la salida de un Boca 1 River 0 en cancha de Velez Sarfield. En los alrededores se enfrentaron las dos barras y después de escucharse disparos y explosiones de bombas molotov, quedaron tres heridos y un muerto, Matutito. Primero manejaba a la barra junto a Chupete, pero después se pelearon y éste fue a parar a la barra del Bicho.
Otros integrantes importantes de esa época fueron Alberto, El Oso (jefe de la fracción de Palermo) y su hermano El Rata, Walter, He-man, Tío Rico, Sandro, Cacho el Monto, Firpo, Lorito, Banana, El Gordo Angel.
Ya en los 90 la cúpula estaba ocupada por el triunvirato conformado por Edgar El Diariero Butassi, Luis Luisito Pereyra y Rito Ramón Barrios.
El 29 de enero de 1993 en Mar Chiquita y antes de jugar contra San Lorenzo por una de las copas de verano, cuatro barras bravas, perfectamente identificados, atacaron con una navaja a Daniel Passarela, Ricardo Pizzarotti, José Miguel y el utilero del equipo, Carlos Peralta. Al grito de “Passarela hijo de puta, pone a Comizzo”, Miguel Alejandro Sandokán Cano, (ya había sido echado de la concentración en 1992 por pedir dinero), tiró un navajazo a la cara del técnico. Finalmente 1994, él e Ismael Melena Guassardo fueron detenidos y procesados. Ambos pertenecían al Grupo de Boulogne, que a raíz de este incidente produjo una división en la barra, en la cual también se destacaban el Grupo de Palermo Viejo (debilitado por la muerte de Matutito) y el Grupo de Laferrere.
El 22 de diciembre de 1996 antes de un partido contra Independiente, fue acuchillado el joven Christian Rousoulis hincha del equipo de Avellaneda, a raíz de este hecho y posteriores procesos, en el 2000 la cúpula fue encarcelada por 4 años e inahibilitada por 6 para ingresar a los estadios.
La sucesión fue disputada por dos grupos, La Banda de los Patovicas (Los Yogures (¿?) , a mediados de los 90 ), liderada por Adrián Rousseau y Alan Schlenker, y el Grupo de Constitución, ligado al justicialismo porteño comandados por Albino Monito Saldivia y Alejandro El Zapatero Flores, secundados por Joe, El Turco, Gallego Chofitol, Pacha, Kevin, Luis Gedisman.
Para alimentar la leyenda, Alfredo Davicce declaró en Olé en 1998 que la barra “vende falopa debajo de las banderas. Están todos filmados…”. Allegados a los barras apuntan a un cabecilla, Tío Rico, como el proveedor de las drogas.
La segunda línea del Zapatero (todos de más de 30 años), fue la que intentó un blanqueo , al estilo de La 12, que se constituyó como sociedad sin fines de lucro en la época del Abuelo. Este grupo se dedicó a la organización de rifas, donaciones y el armado de visitas de los jugadores millonarios a distintos hospitales y comedores, sobre todo al Hospital Garrahan.
El 10 de marzo de 2001, en un viaje a Córdoba para un partido con Talleres, la policía detuvo a 45 hinchas de esa segunda línea de la barra millonaria, que portaban armas de grueso calibre, armas blancas, cocaína y billetes falsos por un total de 3000 dólares. El 21 de enero de ese mismo año, en Mar del Plata, el clásico entre River y Boca fue suspendido por los enfrentamientos entre la policía y los hinchas más violentos del club de Núñez.
Más tarde, el 10 de febrero, en la primera fecha del Clausura, un grupo entró en la tribuna del Monumental encapuchado, mostrando una bandera de Boca. Christian Mayer, integrante del grupo de El Zapatero, fue condenado a realizar trabajos de utilidad pública.
Para fines del año el poder de El Zapatero estaba debilitado. Sus decisiones no eran apoyadas por la mayoría de los nuevos integrantes de la barra. Las apretadas que sufrieron los jugadores de River después de haber perdido tres clásicos seguidos con Boca, en mayo de 2000, habrían sido las primeras muestras de poder paralelo de La Nueva Ola , (como inicialmente fueron conocidos Los Patovicas por la policía encargada de la seguridad en los estadios) jóvenes de entre 20 y 25 años, liderados por Alan, Adrián y Pitu.
El 3 de marzo de 2002 la barra de River emboscó a la de Nueva Chicago en Udaondo y Libertador, pero alguien les habría avisado lo que pasaría a los de Mataderos, que llegaron preparados. Conclusión: varios hinchas millonarios terminaron en el hospital con puñaladas y balazos.
Eso fue determinante para que los nuevos asaltaran el poder. Una versión indica que se votó entre los referentes, pero otra señala que los grupos antagónicos se iban a enfrentar en la primera fecha de ese torneo Apertura. Eso nunca pasó porque, imprevistamente, todo terminó en un choque con hinchas de Newell´s. Y, supuestamente, se pactó entre ambos sectores, la Vieja Guardia y La Nueva Ola, la convivencia.
Los Patovicas, como si fuesen políticos, prometían en su candidatura respaldo económico, elementos de logística para la hinchada y mano dura con las barras rivales. La idea era volver a poner a la barra brava de River entre las más violentas.
Del 2000 al 2002 compartieron en no muy buenos términos el poder, hasta la emboscada a la hinchada de Newell’s del 28 de julio del 2002, en Figueroa Alcorta y Monroe. Uno de Newell’s recibió un puntazo de arma blanca cerca del hemotórax derecho y otro de River, un balazo en el muslo de la pierna derecha. A partir de ahí el poder fue monopolizado por Los Patovicas y los distintos grupos comenzaron a responder a ellos; las bandas de Fuerte Apache, comandadas por Martín Stambuli; la de Caraza, de Matías Corrado -alias Pacha- y Julito Gamboa; la de Merlo, que lideraba Cristian; y las de Flores y Palermo, del Bruja y Richard.
Desde entonces, supieron manejarse dentro del club: consiguieron el amparo de algunos dirigentes, legitimaron su imagen sacando a los pungas de la popular Sívori (molieron a palos a Bolita Nazareno, que no entendía los nuevos códigos) y no dudaron en sembrar el terror y luego jactarse de ello. No sólo eso: reclamaron y consiguieron dinero y viajes con el recurso del pacto de no agresión, una suerte de apriete.
El modus operandi posterior fue claro: pura violencia para sostenerse y crecer. Participaron en un incidente con la barra de Boca, en el Arco del Desaguadero, en febrero de 2003, y crearon una canción para alimentar la leyenda de que los Di Zeo arrugaron. En abril, estuvieron involucrados en La batalla de la Panamericana, un enfrentamiento en el kilómetro 91 de la ruta 9 (a la altura del peaje de Zárate) contra la barra de Newell’s, que derivó en el asesinato de Carlos Puchetta y Héctor Ponce, dos hinchas del club rosarino. Los de Newell´s (en 6 micros) iban a La Boca y los de River (en 8 micros) iban a Rosario para enfrentarse con Central. Además de los 2 muertos, hubo más de 15 heridos y 1.100 detenidos.
El grupo principal lo integran unos 50 individuos, la mayoría con cuerpos trabajados en gimnasios y cabello corto. Este sector aglutina el 40 por ciento de la barra de River. Según fuentes policiales, sus integrantes son mucho más difíciles de llevar. Los que mandan son 20 (la mayoría son socios) y ellos organizan los viajes de corta y larga distancia para ver a River.
A partir de ahí construyeron un poder como nunca se vio en River, con la Justicia persiguiéndolos, se guardaron seis meses. Y cuando volvieron, la premisa era portarse bien. Botón de muestra: en medio de un clásico en Mar del Plata en 2005, una pelota cayó en la popular. La barra se la robó. La Policía pidió por altoparlantes la devolución y como eso no sucedió, fue un grupo de civil a filmar a Los Borrachos para acusarlos de hurto. Adrián los vio y les preguntó qué hacían. Cuando oyó la respuesta, invocó sus derechos constitucionales. Y cuando entendió que la cosa iba en serio, habló por handy y al instante, la pelota apareció.
El poderío económico, la estrecha relación con plantel y dirigentes (Luisito Pereyra, el mentor de Adrián y Alan, trabaja en el fútbol amateur, otros dos fueron empleados, coparon el gimnasio, la confitería y las parrillas y hasta el merchandising de la barra se vendía en la institución) les dió el monopolio de la fuerza.
Una de las rarezas que tiene la barra brava de River es que la mayoría de sus integrantes no viene de los suburbios de Buenos Aires. Todo lo contrario. Los sindicados como los “jefes”, provienen de familias de clase media económicamente hablando, al igual que parte de la segunda línea de poder. Tanto Alan como Adrián, son patovicas reconocidos en la noche porteña y de hecho en más de una ocasión realizan sus entrenamientos con pesas en el gimnasio de la institución.
Adrián tiene 30 años y proviene de una familia de clase media. Su padre vive en Laferrere y trabaja en la Legislatura Porteña mientras que su madre vive en Belgrano, a una cuadra de donde habita la hermana de Alan junto a sus dos hijas. El, en cambio, ocupa un piso sobre Migueletes, en Las Cañitas, y vendió la moto Ninja con la que se lo solía ver para manejar un Peugeot 206 negro. Fue empleado del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en alumbrado público y también personal de seguridad de una disco de Núñez llamada Ananá. Su 1,90 metro impresiona tanto como su habilidad en taekwondo: es tercer dan (cuatro categorías arriba de cinturón negro). Cayó por primera vez en la comisaría 51 a los 18 años, cuando era tercera línea de la barra. Su foja se ampliaría: tuvo una causa por lesiones cuando fue patova de boliche y otra en el 2004, tras un River-Estudiantes, cuando junto al Turco del Oeste molieron a palos a unos pungas que intentaban robar en la popular.
Los hermanos Alan y William, en cambio, son de una familia de clase media alta. Viven en Barrancas de Belgrano, y Alan heredó el gusto por la aviación. Hasta hace dos años tenía apenas una entrada por averiguación de antecedentes y una pelea con un encargado de edificio. Poca cosa para un barra con poder. Pero cuando se agarraron con los de Newell”s en la Panamericana (20/4/03), su nombre surgió y el fiscal Marcelo Pernisi lo puso como imputado, aunque al día de hoy no pudo probarle participación alguna. William, por su parte, tuvo una causa confusa que en principio habría sido caratulada como tentativa de robo por un episodio con un taxista, pero después se cayó.
Debajo de ellos están Kevin, que estuvo preso en Devoto porque lo agarraron con un auto mellizo en Provincia; el Pacha Corrado, que maneja la barra de Caraza junto a Julio Gamboa; y el Cortito, laderos de los capos.
En septiembre del 2005 los dos líderes formaron una sociedad para explotar el merchandising de la barra a la que bautizaron Del Tablón SRL, con un capital inicial de $11.000 y con domicilio legal en La Pampa 2100, donde vive William. Pero Propiedad Intelectual les rechazó el logo de la damajuana roja y blanca con el 14 en el medio. Cuando les empezaron a caer distintas causas judiciales, Adrián cedió su 50% como socio gerente a favor de Matías Goñi, amigo de Alan.
Los dos últimos combates importantes se dieron contra la policía de países extranjeros en copas internacionales. En Brasil en el partido contra San Pablo, por la Copa Libertadores 2005: antes de comenzar el partido, hubo enfrentamientos con la policia en el sector donde estaban ubicados los hinchas de River. La policía reprimió con palazos, mientras que la barra de River respondió con piñas, piedras y palos, dejando heridos a 15 efectivos brasileños. Finalmente, este grupo de 200 hinchas hechó de la tribuna a la policia. En la revancha en el Monumental, faltando 10 minutos para terminar el partido, hubo piedrasos entre hinchas de River y del San Pablo, estos últimos desalojados de la tribuna por la policia. Afuera, enfrentamientos entre hinchas de River y la policia, hubo varios detenidos, gases y balas de goma además de corridas sobre la calle Udaondo.
En Paraguay, en julio del 2006. En el primer tiempo, hinchas de River y Libertad se arrojaron proyectiles desde la cabecera local a la platea. La Policía decidió levantar un cordón humano y amontonar a los hinchas visitantes en el medio. En el segundo tiempo, mientras Los Borrachos terminaban de sacar sus banderas, en medio de los piedrazos se escuchó un balazo, se vio el accionar de diez policías y el acorralamiento hacia los alambrados perimetrales. En el tumulto, se quemaron dos trapos que tapaban publicidades. Mientras caían refuerzos en las fuerzas de seguridad, Los Borrachos arrinconaron a golpes y butacazos a la Policía contra el alambrado, que tuvo que reaccionar disparándole balas de goma y gases a los hinchas. Hubo 20 detenidos y un herido. A la salida también hubo enfrentamientos, cometieron el error táctico de no sacarse las camisetas en la pelea con los policías, lo que hizo que los identificaran y cobraran feo a la salida, incluyendo heridos de bala que fueron atendidos por el mismo cuerpo médico del plantel de River en el lobby del hotel.
El núcleo duro de la hinchada de River Plate, el grupo caracterizado como barra bravas, se autodenomina “Los Borrachos del Tablón”.
A partir del 2000 se consolidó como la barra más organizada, violenta y respetada en el ambiente. Una de las características que la diferencia de otras hinchadas es por ejemplo, que nunca avisa a la policía para anunciar su recorrido hasta una cancha visitante, mientras que La 12 (hinchada de Boca Juniors) siempre avisa en qué y por dónde va a ir.
Durante mucho tiempo, los barras de River hacían la repartija de entradas en Excursionistas (cuando se jugaba en el Monumental) o en la placita Serrano, en Palermo, o en una cancha de Constitución y Pichincha, cuando el equipo era visitante. Pero después dejaron esta metodología y se cuidaron de dar pistas sobre su organización.
Integrantes de otras barras confesaron tenerles mucho respeto a los de River. De hecho, en 1990, los dirigentes recurrieron a los carapintadas para sacarlos del club, pero ni así pudieron. Las otras hinchadas los acusan de poseer contactos políticos de buen nivel y tener ayuda de algún empleado de la SIDE y de la Policía. Y dan este ejemplo: “Una vez, los de Platense robaron banderas de River de un auto estacionado en Cabildo. A los dos días las debieron devolver por gestiones de la Policía”.
Lo que hay que reconocer, aseguran los rivales, es que son innovadores. En el 96, ante la “U” en Chile, empezaron a usar el gas paralizante: ahora es parte del equipaje de mano en los viajes. A propósito, a Tokio (ante la Juventus) fueron 40 barrabravas; a Francia 98, 15. A Paraguay, contra Cerro Porteño, fueron en avión a Posadas y micro a Asunción. En Alemania 06 fueron la barra que más integrantes llevaron, 42, toda la plana mayor de LBDT estuvo presente. Mientras la segunda línea de Boca y los de Independiente paraban en República Checa para bajar gastos, la de River tenía dos búnkers: los de menor rango, un camping de Munich (donde tuvieron un enfrentamiento con policías), los jefes, en la casa del ex jugador de River Martin Demichelis. A los primeros tres encuentros del grupo de la selección nacional fueron sin problemas. Pero para los octavos de final, no pudieron acudir en masa debido que varios de ellos fueron acusados de la reventa de entradas falsas y de haber ocupado lugares que no les correspondían.
Fuentes de financiamiento
Tendrían una entrada fija de entre 60.000 y 80.000 pesos, reventa de entradas para partidos y espectáculos musicales que se hagan en el Monumental, control de los cuidacoches en estacionamientos linderos al estadio los dias de partido y de recitales, muchos actúan como seguridad en los accesos al estadio cuando hay recitales, alquiler de los ómnibus de traslado de hinchas cuando se juega en el interior. Extraoficialmente se rumorea que tambíen cobrarían un porcentaje de las ventas de varios jugadores (caso Higuaín, Carrizo). Todo ascendería a los $300.000 mensuales, sumado al beneficio de tener los hoteles y los viajes al exterior pagos.
Durante los 70’ el jefe de la barra fue Matute y Tripa, ya en los 80 le siguió Alberto Matutito Taranto, que con 21 años, fue asesinado el 19 de octubre de 1983, a la salida de un Boca 1 River 0 en cancha de Velez Sarfield. En los alrededores se enfrentaron las dos barras y después de escucharse disparos y explosiones de bombas molotov, quedaron tres heridos y un muerto, Matutito. Primero manejaba a la barra junto a Chupete, pero después se pelearon y éste fue a parar a la barra del Bicho.
Otros integrantes importantes de esa época fueron Alberto, El Oso (jefe de la fracción de Palermo) y su hermano El Rata, Walter, He-man, Tío Rico, Sandro, Cacho el Monto, Firpo, Lorito, Banana, El Gordo Angel.
Ya en los 90 la cúpula estaba ocupada por el triunvirato conformado por Edgar El Diariero Butassi, Luis Luisito Pereyra y Rito Ramón Barrios.
El 29 de enero de 1993 en Mar Chiquita y antes de jugar contra San Lorenzo por una de las copas de verano, cuatro barras bravas, perfectamente identificados, atacaron con una navaja a Daniel Passarela, Ricardo Pizzarotti, José Miguel y el utilero del equipo, Carlos Peralta. Al grito de “Passarela hijo de puta, pone a Comizzo”, Miguel Alejandro Sandokán Cano, (ya había sido echado de la concentración en 1992 por pedir dinero), tiró un navajazo a la cara del técnico. Finalmente 1994, él e Ismael Melena Guassardo fueron detenidos y procesados. Ambos pertenecían al Grupo de Boulogne, que a raíz de este incidente produjo una división en la barra, en la cual también se destacaban el Grupo de Palermo Viejo (debilitado por la muerte de Matutito) y el Grupo de Laferrere.
El 22 de diciembre de 1996 antes de un partido contra Independiente, fue acuchillado el joven Christian Rousoulis hincha del equipo de Avellaneda, a raíz de este hecho y posteriores procesos, en el 2000 la cúpula fue encarcelada por 4 años e inahibilitada por 6 para ingresar a los estadios.
La sucesión fue disputada por dos grupos, La Banda de los Patovicas (Los Yogures (¿?) , a mediados de los 90 ), liderada por Adrián Rousseau y Alan Schlenker, y el Grupo de Constitución, ligado al justicialismo porteño comandados por Albino Monito Saldivia y Alejandro El Zapatero Flores, secundados por Joe, El Turco, Gallego Chofitol, Pacha, Kevin, Luis Gedisman.
Para alimentar la leyenda, Alfredo Davicce declaró en Olé en 1998 que la barra “vende falopa debajo de las banderas. Están todos filmados…”. Allegados a los barras apuntan a un cabecilla, Tío Rico, como el proveedor de las drogas.
La segunda línea del Zapatero (todos de más de 30 años), fue la que intentó un blanqueo , al estilo de La 12, que se constituyó como sociedad sin fines de lucro en la época del Abuelo. Este grupo se dedicó a la organización de rifas, donaciones y el armado de visitas de los jugadores millonarios a distintos hospitales y comedores, sobre todo al Hospital Garrahan.
El 10 de marzo de 2001, en un viaje a Córdoba para un partido con Talleres, la policía detuvo a 45 hinchas de esa segunda línea de la barra millonaria, que portaban armas de grueso calibre, armas blancas, cocaína y billetes falsos por un total de 3000 dólares. El 21 de enero de ese mismo año, en Mar del Plata, el clásico entre River y Boca fue suspendido por los enfrentamientos entre la policía y los hinchas más violentos del club de Núñez.
Más tarde, el 10 de febrero, en la primera fecha del Clausura, un grupo entró en la tribuna del Monumental encapuchado, mostrando una bandera de Boca. Christian Mayer, integrante del grupo de El Zapatero, fue condenado a realizar trabajos de utilidad pública.
Para fines del año el poder de El Zapatero estaba debilitado. Sus decisiones no eran apoyadas por la mayoría de los nuevos integrantes de la barra. Las apretadas que sufrieron los jugadores de River después de haber perdido tres clásicos seguidos con Boca, en mayo de 2000, habrían sido las primeras muestras de poder paralelo de La Nueva Ola , (como inicialmente fueron conocidos Los Patovicas por la policía encargada de la seguridad en los estadios) jóvenes de entre 20 y 25 años, liderados por Alan, Adrián y Pitu.
El 3 de marzo de 2002 la barra de River emboscó a la de Nueva Chicago en Udaondo y Libertador, pero alguien les habría avisado lo que pasaría a los de Mataderos, que llegaron preparados. Conclusión: varios hinchas millonarios terminaron en el hospital con puñaladas y balazos.
Eso fue determinante para que los nuevos asaltaran el poder. Una versión indica que se votó entre los referentes, pero otra señala que los grupos antagónicos se iban a enfrentar en la primera fecha de ese torneo Apertura. Eso nunca pasó porque, imprevistamente, todo terminó en un choque con hinchas de Newell´s. Y, supuestamente, se pactó entre ambos sectores, la Vieja Guardia y La Nueva Ola, la convivencia.
Los Patovicas, como si fuesen políticos, prometían en su candidatura respaldo económico, elementos de logística para la hinchada y mano dura con las barras rivales. La idea era volver a poner a la barra brava de River entre las más violentas.
Del 2000 al 2002 compartieron en no muy buenos términos el poder, hasta la emboscada a la hinchada de Newell’s del 28 de julio del 2002, en Figueroa Alcorta y Monroe. Uno de Newell’s recibió un puntazo de arma blanca cerca del hemotórax derecho y otro de River, un balazo en el muslo de la pierna derecha. A partir de ahí el poder fue monopolizado por Los Patovicas y los distintos grupos comenzaron a responder a ellos; las bandas de Fuerte Apache, comandadas por Martín Stambuli; la de Caraza, de Matías Corrado -alias Pacha- y Julito Gamboa; la de Merlo, que lideraba Cristian; y las de Flores y Palermo, del Bruja y Richard.
Desde entonces, supieron manejarse dentro del club: consiguieron el amparo de algunos dirigentes, legitimaron su imagen sacando a los pungas de la popular Sívori (molieron a palos a Bolita Nazareno, que no entendía los nuevos códigos) y no dudaron en sembrar el terror y luego jactarse de ello. No sólo eso: reclamaron y consiguieron dinero y viajes con el recurso del pacto de no agresión, una suerte de apriete.
El modus operandi posterior fue claro: pura violencia para sostenerse y crecer. Participaron en un incidente con la barra de Boca, en el Arco del Desaguadero, en febrero de 2003, y crearon una canción para alimentar la leyenda de que los Di Zeo arrugaron. En abril, estuvieron involucrados en La batalla de la Panamericana, un enfrentamiento en el kilómetro 91 de la ruta 9 (a la altura del peaje de Zárate) contra la barra de Newell’s, que derivó en el asesinato de Carlos Puchetta y Héctor Ponce, dos hinchas del club rosarino. Los de Newell´s (en 6 micros) iban a La Boca y los de River (en 8 micros) iban a Rosario para enfrentarse con Central. Además de los 2 muertos, hubo más de 15 heridos y 1.100 detenidos.
El grupo principal lo integran unos 50 individuos, la mayoría con cuerpos trabajados en gimnasios y cabello corto. Este sector aglutina el 40 por ciento de la barra de River. Según fuentes policiales, sus integrantes son mucho más difíciles de llevar. Los que mandan son 20 (la mayoría son socios) y ellos organizan los viajes de corta y larga distancia para ver a River.
A partir de ahí construyeron un poder como nunca se vio en River, con la Justicia persiguiéndolos, se guardaron seis meses. Y cuando volvieron, la premisa era portarse bien. Botón de muestra: en medio de un clásico en Mar del Plata en 2005, una pelota cayó en la popular. La barra se la robó. La Policía pidió por altoparlantes la devolución y como eso no sucedió, fue un grupo de civil a filmar a Los Borrachos para acusarlos de hurto. Adrián los vio y les preguntó qué hacían. Cuando oyó la respuesta, invocó sus derechos constitucionales. Y cuando entendió que la cosa iba en serio, habló por handy y al instante, la pelota apareció.
El poderío económico, la estrecha relación con plantel y dirigentes (Luisito Pereyra, el mentor de Adrián y Alan, trabaja en el fútbol amateur, otros dos fueron empleados, coparon el gimnasio, la confitería y las parrillas y hasta el merchandising de la barra se vendía en la institución) les dió el monopolio de la fuerza.
Una de las rarezas que tiene la barra brava de River es que la mayoría de sus integrantes no viene de los suburbios de Buenos Aires. Todo lo contrario. Los sindicados como los “jefes”, provienen de familias de clase media económicamente hablando, al igual que parte de la segunda línea de poder. Tanto Alan como Adrián, son patovicas reconocidos en la noche porteña y de hecho en más de una ocasión realizan sus entrenamientos con pesas en el gimnasio de la institución.
Adrián tiene 30 años y proviene de una familia de clase media. Su padre vive en Laferrere y trabaja en la Legislatura Porteña mientras que su madre vive en Belgrano, a una cuadra de donde habita la hermana de Alan junto a sus dos hijas. El, en cambio, ocupa un piso sobre Migueletes, en Las Cañitas, y vendió la moto Ninja con la que se lo solía ver para manejar un Peugeot 206 negro. Fue empleado del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en alumbrado público y también personal de seguridad de una disco de Núñez llamada Ananá. Su 1,90 metro impresiona tanto como su habilidad en taekwondo: es tercer dan (cuatro categorías arriba de cinturón negro). Cayó por primera vez en la comisaría 51 a los 18 años, cuando era tercera línea de la barra. Su foja se ampliaría: tuvo una causa por lesiones cuando fue patova de boliche y otra en el 2004, tras un River-Estudiantes, cuando junto al Turco del Oeste molieron a palos a unos pungas que intentaban robar en la popular.
Los hermanos Alan y William, en cambio, son de una familia de clase media alta. Viven en Barrancas de Belgrano, y Alan heredó el gusto por la aviación. Hasta hace dos años tenía apenas una entrada por averiguación de antecedentes y una pelea con un encargado de edificio. Poca cosa para un barra con poder. Pero cuando se agarraron con los de Newell”s en la Panamericana (20/4/03), su nombre surgió y el fiscal Marcelo Pernisi lo puso como imputado, aunque al día de hoy no pudo probarle participación alguna. William, por su parte, tuvo una causa confusa que en principio habría sido caratulada como tentativa de robo por un episodio con un taxista, pero después se cayó.
Debajo de ellos están Kevin, que estuvo preso en Devoto porque lo agarraron con un auto mellizo en Provincia; el Pacha Corrado, que maneja la barra de Caraza junto a Julio Gamboa; y el Cortito, laderos de los capos.
En septiembre del 2005 los dos líderes formaron una sociedad para explotar el merchandising de la barra a la que bautizaron Del Tablón SRL, con un capital inicial de $11.000 y con domicilio legal en La Pampa 2100, donde vive William. Pero Propiedad Intelectual les rechazó el logo de la damajuana roja y blanca con el 14 en el medio. Cuando les empezaron a caer distintas causas judiciales, Adrián cedió su 50% como socio gerente a favor de Matías Goñi, amigo de Alan.
Los dos últimos combates importantes se dieron contra la policía de países extranjeros en copas internacionales. En Brasil en el partido contra San Pablo, por la Copa Libertadores 2005: antes de comenzar el partido, hubo enfrentamientos con la policia en el sector donde estaban ubicados los hinchas de River. La policía reprimió con palazos, mientras que la barra de River respondió con piñas, piedras y palos, dejando heridos a 15 efectivos brasileños. Finalmente, este grupo de 200 hinchas hechó de la tribuna a la policia. En la revancha en el Monumental, faltando 10 minutos para terminar el partido, hubo piedrasos entre hinchas de River y del San Pablo, estos últimos desalojados de la tribuna por la policia. Afuera, enfrentamientos entre hinchas de River y la policia, hubo varios detenidos, gases y balas de goma además de corridas sobre la calle Udaondo.
En Paraguay, en julio del 2006. En el primer tiempo, hinchas de River y Libertad se arrojaron proyectiles desde la cabecera local a la platea. La Policía decidió levantar un cordón humano y amontonar a los hinchas visitantes en el medio. En el segundo tiempo, mientras Los Borrachos terminaban de sacar sus banderas, en medio de los piedrazos se escuchó un balazo, se vio el accionar de diez policías y el acorralamiento hacia los alambrados perimetrales. En el tumulto, se quemaron dos trapos que tapaban publicidades. Mientras caían refuerzos en las fuerzas de seguridad, Los Borrachos arrinconaron a golpes y butacazos a la Policía contra el alambrado, que tuvo que reaccionar disparándole balas de goma y gases a los hinchas. Hubo 20 detenidos y un herido. A la salida también hubo enfrentamientos, cometieron el error táctico de no sacarse las camisetas en la pelea con los policías, lo que hizo que los identificaran y cobraran feo a la salida, incluyendo heridos de bala que fueron atendidos por el mismo cuerpo médico del plantel de River en el lobby del hotel.
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Arqueros | |||||
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1 | Barovero, Marcelo Alberto | 18/02/84 | Porteña (CBA) | 16 | 0 |
13 | Rodríguez, Nicolás Fabián | 12/05/93 | Quilmes (BUE) | 0 | 0 |
19 | Chichizola, Leandro | 27/03/90 | San Justo (SFE) | 2 | 0 |
Defensores | |||||
2 | Maidana, Jonatan Ramón | 29/04/85 | Adrogué (BUE) | 13 | 0 |
3 | Álvarez Balanta, Éder Fabián | 28/02/93 | Bogotá (COL) | 14 | 0 |
4 | Vega, Federico Darío José | 04/02/93 | Tigre (BUE) | 2 | 0 |
6 | Funes Mori, José Ramiro | 05/03/91 | Mendoza | 3 | 0 |
20 | Pezzella, Germán Alejo | 27/06/91 | Bahía Blanca (BUE) | 7 | 0 |
25 | Mercado, Gabriel Iván | 18/03/87 | Puerto Madryn (CHU) | 12 | 2 |
27 | Bottinelli, Jonathan Pablo | 14/09/84 | Capital Federal | 5 | 0 |
Volantes | |||||
5 | Kranevitter, Matías | 21/05/93 | Yerba Buena (TUC) | 9 | 0 |
7 | Carbonero Mancilla, Carlos Mario | 25/07/90 | Bogotá (COL) | 15 | 1 |
8 | Menseguez, Juan Carlos | 22/06/83 | Córdoba | 3 | 1 |
8 | Sánchez Arcosa, Carlos Andrés | 02/12/84 | Montevideo (URU) | 1 | 0 |
10 | Lanzini, Manuel | 15/02/93 | Ituzaingó (BUE) | 15 | 2 |
11 | Ferreyra, Osmar Darío | 09/01/83 | Basavilbaso (ERI) | 14 | 0 |
14 | Aguirre, Martín Sebastián | 14/09/81 | Bahía Blanca (BUE) | 1 | 0 |
15 | Martínez, Tomás | 07/03/95 | Béccar (BUE) | Reserva | |
16 | Rojas, Ariel Mauricio | 16/01/86 | Garín (BUE) | 12 | 0 |
17 | Fabbro, Jonathan | 16/01/82 | Capital Federal | 7 | 0 |
18 | Solari, Augusto Jorge Mateo | 03/01/92 | Rosario (SFE) | 3 | 0 |
21 | Vangioni, Leonel Jesús | 05/05/87 | Villa Constitución (SFE) | 15 | 0 |
23 | Ponzio, Leonardo Daniel | 29/01/82 | Las Rosas (SFE) | 13 | 0 |
28 | Ledesma , Cristian Raúl | 29/11/78 | San Isidro (BUE) | 11 | 0 |
30 | Gómez, Nicolás | 03/12/92 | Santiago del Estero | Reserva | |
Delanteros | |||||
9 | Mora Núñez, Rodrigo Nicanor | 29/10/87 | Rivera (URU) | 10 | 0 |
22 | Andrada, Federico Oscar | 03/03/94 | Capital Federal | 12 | 1 |
29 | Gutiérrez Roncancio, Teófilo Antonio | 17/05/85 | Barranquilla (COL) | 10 | 1 |
34 | Kaprof, Juan Cruz | 12/03/95 | Capital Federal | 1 | 0 |
35 | Simeone, Giovanni Pablo | 05/07/95 | Madrid (ESP) | 11 | 2 |
El Monumental
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El Estadio Monumental se alza sobre terrenos ganados a la costa del Río de la Plata en la Ciudad de Buenos Aires. El suelo era inestable y era necesario hacer varias obras para que fuese propicio para la construcción de algo que sería monumental. El que encaró la gigantesca tarea de rellenar los bañados fue un escocés llamado Daniel White, quien a mediados del siglo XIX había adquirido una estancia de 47 cuadras en esa zona. En esa superficie, construyó un hipódromo, que se llamo “de Saavedra” o, directamente, “Hipódromo de White”. Es decir que hace unos 150 años, la ubicación exacta del Monumental era parte del Río de la Plata.
El Hipódromo de White ocupaba 16 cuadras y disponía de una tribuna para el público. En 1866, una tormenta de Santa Rosa arrasó con la construcción y sus directivos buscaron otro lugar para un nuevo asentamiento. Encontraron un predio de 67 hectáreas en el que inauguraron, en 1867, el famoso Hipódromo Argentino de Palermo. El terreno de White pasó por diversas manos hasta que la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires promovió un juicio contra la sociedad que lo regenteaba.
Dato curioso del antiguo hipódromo: la pista tenía dos rectas paralelas a la actual avenida Lidoro Quinteros, mientras que la actual calle Victorino de la Plaza, un arteria en forma de “U”, ubicada en el ángulo de las avenidas Monroe y del Libertador, no hace más que respetar el trazado de la antigua pista. Es más, la tribuna Sívori del Monumental coincide casi exactamente con la curva opuesta del hipódromo, con lo cual se podría decir que la infraestructura actual tiene una marcada presencia de las instalaciones levantadas hace más de 150 años.
Hacia 1935, se sabía que River no iba a poder prolongar por mucho tiempo la ubicación del antiguo estadio de avenida Alvear y Tagle, ya que los terrenos no pertenecían al Club y el contrato de alquiler no le sería renovado. El problema era grande, dado que River Plate poseía muchas instalaciones deportivas anexas destinadas a los socios, tal como ocurre en la actualidad. Esas instalaciones sirvieron en parte para captar un gran número de asociados dada su comodidad e infraestructura.
Tal como estaba previsto, fue desalojado de esta ubicación en 1937, pero hacia 1934 el Club ya había puesto en marcha algo mucho más grande.
Fue un visionario llamado Antonio Vespucio Liberti quien sugirió comprar los terrenos en donde hoy se encuentra el Monumental. Muchos lo trataron de loco e irresponsable, dado que lo que él proponía parecía una quimera. Liberti quería construir el estadio que, según su criterio, River merecía. Y había observado ese espacio abandonado, considerándolo apropiado para llevar adelante su sueño. Los problemas que trajo su idea fueron muchísimos, a punto tal que costó mucho convencer a otros directivos de la factibilidad de un proyecto que parecía una auténtica utopía. Más de uno sostenía que era una locura tratar de hacer semejante estadio en terrenos pantanosos y ganados al río, debido a los problemas que estas características acarrearían. En pocos años, cambiarían de opinión al ver cómo el hormigón avanzaba a paso firme…
Lo que pocos saben es que la Ciudad de Buenos Aires creció de sur a norte a merced a la entrada de numerosos barcos por el puerto de La Boca, en donde además se instalaron barrios obreros muy precarios. A medida que se avanzaba al norte de este barrio, se podía encontrar una Buenos Aires mucho más despoblada y habitada por las clases medias y altas, y yendo más al norte aún, la ciudad casi que era un desierto, a punto tal que los terrenos donde hoy se posa el Monumental habían quedado casi abandonados, convertidos en un pantano, y con considerables restos de basura en los márgenes cercanos al río.
Finalmente y luego de muchas negociaciones, River adquiere un préstamo del Gobierno a través del Banco Hipotecario Nacional, dado que la idea de construir un estadio que pudiese ser considerado como el estadio nacional, pero que estuviese manejado por un club como River Plate en lugar de estar en manos del Estado, sedujo a los gobernantes, quienes dieron el visto bueno. Anteriormente a eso, el Club adquirió los terrenos en cuestión a un valor de 11 pesos el metro cuadrado. River compró alrededor de cinco hectáreas y la Municipalidad de Buenos Aires donó otras 3,5 hectáreas, que son en definitiva las 8,5 que el Club posee en la actualidad.
En 1934, el Club llama a concurso nacional de anteproyectos para la construcción del Monumental. La idea era simple: diseño de un estadio con pista de atletismo, completamente construido en hormigón armado, con instalaciones deportivas anexas tanto en el interior como el exterior del mismo, y que contemplara la posibilidad de llegar a una súper capacidad de 120.000 espectadores. En aquella época, los Juegos Olímpicos eran mucho más populares que los mundiales de fútbol, de allí la necesidad de incorporar una pista de 400 metros alrededor del campo, con la esperanza de poder albergar dicha competencia internacional. Algo que nunca ocurriría…
El 1º de diciembre de 1935, en asamblea extraordinaria, se presentaron ante los socios los planos aprobados del Estadio, planos definitivos, con la reseña de los trabajos a realizarse.
El concurso fue ganado por los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurra, con la ayuda del dibujante Fidias Calabria, lo que significó una marca de por vida en la historia de este afamado estudio de arquitectura, encargado de casi todas las remodelaciones al Monumental desde entonces.
El Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti fue inaugurado el 25 de mayo de 1938 y, un día después, se jugó un partido amistoso en el que River Plate derrotó 3-1 a Peñarol de Montevideo, con goles convertidos por Carlos Peucelle, Bernabé Ferreyra y José Manuel Moreno. Esa tarde, River alistó a Sebastián Sirni, Vassini, y Cuello (Bezos); Malazzo, José María Minella y Aarón Wergifker; Carlos Peucelle, Eladio Vaschetto. Bernabé Ferreyra, José Manuel Moreno y Adolfo Pedernera. El entrenador de River era el húngaro Emérico Hirschl.
El cierre de la herradura
La estructura del Monumental era similar a la de una herradura, ya que para la década de 1950 restaba la construcción de la tribuna que hoy se conoce como la Sívori.
En 1958, durante la presidencia de Enrique Pardo, este sector iba a llamarse platea Colonia, pero dada la transferencia del jugador Enrique Omar Sívori a la Juventus de Italia, se pudo sustentar la inversión de las obras, con el ingreso de la suma del pase (18 millones de pesos). Con la conclusión de la tribuna, la capacidad era de 30.000 personas.
Sede de la Copa del Mundo
El Estadio Monumental fue uno de los elegidos para ser escenario del Mundial de 1978. Por ello, se le realizaron reformas con el fin de lograr la construcción de la bandeja alta de la tribuna Sívori, y la apertura de un área para la prensa en el sector medio de la Belgrano. River Plate debió hacerse cargo del costo de la obra, que pudo cancelar en cuotas luego de varios años, pero a un valor mucho más costoso que el monto original por causa de la importante devaluación de la moneda argentina que se registró en aquellos años.
Durante el lapso de obras en que estuvo cerrado el Monumental, el primer equipo actuó de local en el estadio Tomás Adolfo Ducó del Club Atlético Huracán. La realización del Mundial de 1978 motivó la remodelación del estadio y, desde aquél entonces, se erigió la “Popular” Enrique Sívori.
Récord de asistencia
El 17 de agosto de 1975, River fue local ante Racing Club, en la última fecha del Campeonato Metropolitano cuyo título había ganado en la jornada anterior, luego de 17 años de frustraciones. Ese día, los hinchas colmaron la capacidad del Monumental, con una concurrencia inédita de simpatizantes de River que, además coparon la tribuna visitante, habiéndole dejado al público de Racing una porción muy reducida de la tribuna Centenario alta.
No existe una cifra exacta y confiable del número de hinchas riverplatenses que concurrieron ese día, pero el hecho de que las puertas del Monumental se abrieran sin restricciones para socios y simpatizantes y de que todos los sectores de las plateas fueron desbordados por hinchas de pie, al punto de no poder ingresar una hora antes del inicio del partido. Además, muchísimos socios vieron el encuentro desde la pista de atletismo, ya que por entonces los controles de la AFA en ese sentido eran muy flexibles. La cifra de espectadores se habría acercado a los 100.000.
El partido, que ganaba River por 2 – 0, debió ser suspendido al finalizar el primer tiempo por una invasión de hinchas en el campo de juego.
Hacia 1969, la dirigencia de River había instalado plateas en toda la tribuna Belgrano alta y en la mitad de la San Martín Alta. En las finales de la Copa Libertadores de 1986 y 1996, contra el América de Cali, se vio el máximo de público luego de la remodelación en la cual añadieron butacas. Concurrieron aproximadamente 80.000 espectadores.
Historia
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River Plate fue fundado el 25 de mayo de 1901 a orillas del Riachuelo, cerca de Boca Juniors, en la Dársena Sud donde jugó varios años. De la unión de dos clubes amateurs (Santa Rosa y La Rosales) un grupo de 24 muchachos se reunió en Almirante Brown 927 -donde funcionaba la imprenta Francisco Gentile- con el objetivo de dar nacimiento a un nuevo club de fútbol.
El nombre fue motivo de discusión para los fundadores: Pedro Martínez propuso River Plate; Carlos Antelo, La Rosales; Pedro Ratto, Forward y Bernardo Messina, Juventud Boquense. Se eligió el de River Plate y la institución finalmente se llamó Club Atlético River Plate. Su primer presidente fue Leopoldo Bard.
El origen de los colores de la camiseta pertenece a una comparsa de carnaval que se llamaba "Los habitantes del Infierno". Esa murga era integrada por mayoría de riverplatenses. De los trozos de género rojo que habían quedado de un desfile recortaron unas bandas, las colocaron en diagonal y las abrocharon con alfileres de ganchos a las camisetas blancas de uso diario.
En 1905, River Plate se asocia a Fottball Association para hacer su primera participación futbolística. Comienza participando en tercera división, y en el primer partido oficial, jugado el 30/4/1905 pierde 3-2 frente a Facultad de Medicina. Posteriormente llegaría la primera victoria en la historia: el 7 de mayo del mismo año en su primer estadio en la Dársena Sur, River venció a Gral. Belgrano 'A' por 4 a 3. El 27 de Diciembre de 1908 y por la final de la Segunda División, River Plate golea a Rácing 7-0 y obtiene el ascenso a Primera División, donde se mantiene hasta la actualidad.
El día 2/5/1909, River cumple su primera participación en el Círculo Superior, goleando a Argentino de Quilmes por 5 a 0 en la Dársena Sur.
El día 18/4/1915 River muda su estadio a Aristóbulo del Valle y Gaboto, y en el primer partido golea 5-0 a San Isidro. Un mes después, más exactamente el 16/5, se inaugura oficialmente ese estadio y River vuelve a golear por 5 a 0 esta vez a G.E.B.A..
El primer y único campeonato de la era amateur fue obtenido en el año 1921, cuando el 9 de enero River Plate vence a Quilmes por 2 a 0.
En el año 1923, River Plate muda nuevamente su estadio. Esta vez es en Alvear y Tagle y en su inauguración el 20 de mayo River supera a Peñarol 2-1.
En el año 1931 comienza la era profesional. En el primer partido River Plate vence a Atlanta como visitante por 1 a 0.
La popularidad del club fue creciendo de tal manera que hizo falta mudarse nuevamente a un estadio más grande. Fue así como el 13 de julio de 1934 el club adquiere 51.763 metros cuadrados de terreno donde luego se construiría el Estadio Monumental. Dicho estadio, el más grande e importante de la Argentina hasta nuestros tiempos, fue inaugurado el 25 de mayo de 1938. En un partido amistoso, River Plate vence a Peñarol por 3 a 1.
A partir de la era del profesionalismo, en 1931, River Plate se convirtió en el club más ganador del fútbol argentino: consiguió 30 títulos y 25 subcampeonatos. Además obtuvo las copas Libertadores de América de 1986 y 1996, la Intercontinental de 1986, la Interamericana de 1987 y la Supercopa de 1997.
Nunca bajó a segunda división y tiene en Angel Labruna (1939/52) el segundo goleador de la historia de nuestro país con 292 conquistas. Amadeo Carrizo (1945/68) es el jugador que más veces vistió la camiseta de la institución con 521 partidos. Y Ramón Angel Díaz es el técnico más ganador de la historia del club, ganando 7 títulos, 5 torneos nacionales y 2 internacionales. El primero en 1996 y el último en el 2002.
Al finalizar el siglo XX, River Plate fue elegido como el club argentino más ganador del siglo. Apodándose "El campeón del siglo".
Hoy en día, el estadio Monumental, tiene capacidad para 60.000 espectadores sentados y es el más grande de la República Argentina.
Allí se jugaron los partidos más importantes del mundial ´78 donde la Argentina salió campeón del mundo por segunda vez. Además, es sede de los eventos musicales más importantes del mundo
Club Atletico River Plate
5:43
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- Fecha de fundación : 25 de mayo de 1901 .
- Estadio : Antonio Vespucio Liberti, "El Monumental".
- Capacidad : 76.687 personas.
- Dimensiones del terreno de juego : 105 x 70 m.
- Dirección : Av. Pte. Figueroa Alcorta 7597 - Capital Federal.
- Sede social : Av. Pte. Figueroa Alcorta 7597 - Capital Federal.
- Color de la camiseta : Blanca con una franja roja diagonal.
- Apodo : "Los Millonarios".
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