viernes, 29 de noviembre de 2013

El Monumental

El Estadio Monumental se alza sobre terrenos ganados a la costa del Río de la Plata en la Ciudad de Buenos Aires. El suelo era inestable y era necesario hacer varias obras para que fuese propicio para la construcción de algo que sería monumental. El que encaró la gigantesca tarea de rellenar los bañados fue un escocés llamado Daniel White, quien a mediados del siglo XIX había adquirido una estancia de 47 cuadras en esa zona. En esa superficie, construyó un hipódromo, que se llamo “de Saavedra” o, directamente, “Hipódromo de White”. Es decir que hace unos 150 años, la ubicación exacta del Monumental era parte del Río de la Plata.
El Hipódromo de White ocupaba 16 cuadras y disponía de una tribuna para el público. En 1866, una tormenta de Santa Rosa arrasó con la construcción y sus directivos buscaron otro lugar para un nuevo asentamiento. Encontraron un predio de 67 hectáreas en el que inauguraron, en 1867, el famoso Hipódromo Argentino de Palermo. El terreno de White pasó por diversas manos hasta que la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires promovió un juicio contra la sociedad que lo regenteaba.
El Monumental en la década de 1990.
El Monumental en la década de 1990.
Dato curioso del antiguo hipódromo: la pista tenía dos rectas paralelas a la actual avenida Lidoro Quinteros, mientras que la actual calle Victorino de la Plaza, un arteria en forma de “U”, ubicada en el ángulo de las avenidas Monroe y del Libertador, no hace más que respetar el trazado de la antigua pista. Es más, la tribuna Sívori del Monumental coincide casi exactamente con la curva opuesta del hipódromo, con lo cual se podría decir que la infraestructura actual tiene una marcada presencia de las instalaciones levantadas hace más de 150 años.
Estadio de Alvear y Tagle
Estadio de Alvear y Tagle
Hacia 1935, se sabía que River no iba a poder prolongar por mucho tiempo la ubicación del antiguo estadio de avenida Alvear y Tagle, ya que los terrenos no pertenecían al Club y el contrato de alquiler no le sería renovado. El problema era grande, dado que River Plate  poseía muchas instalaciones deportivas anexas destinadas a los socios, tal como ocurre en la actualidad. Esas instalaciones sirvieron en parte para captar un gran número de asociados dada su comodidad e infraestructura.
Tal como estaba previsto, fue desalojado de esta ubicación en 1937, pero hacia 1934 el Club ya había puesto en marcha algo mucho más grande.
Fue un visionario llamado Antonio Vespucio Liberti quien sugirió comprar los terrenos en donde hoy se encuentra el Monumental. Muchos lo trataron de loco e irresponsable, dado que lo que él proponía parecía una quimera. Liberti quería construir el estadio que, según su criterio, River merecía. Y había observado ese espacio abandonado, considerándolo apropiado para llevar adelante su sueño. Los problemas que trajo su idea fueron muchísimos, a punto tal que costó mucho convencer a otros directivos de la factibilidad de un proyecto que parecía una auténtica utopía. Más de uno sostenía que era una locura tratar de hacer semejante estadio en terrenos pantanosos y ganados al río, debido a los problemas que estas características acarrearían. En pocos años, cambiarían de opinión al ver cómo el hormigón avanzaba a paso firme…
Lo que pocos saben es que la Ciudad de Buenos Aires creció de sur a norte a merced a la entrada de numerosos barcos por el puerto de La Boca, en donde además se instalaron barrios obreros muy precarios. A medida que se avanzaba al norte de este barrio, se podía encontrar una Buenos Aires mucho más despoblada y habitada por las clases medias y altas, y yendo más al norte aún, la ciudad casi que era un desierto, a punto tal que los terrenos donde hoy se posa el Monumental habían quedado casi abandonados, convertidos en un pantano, y con considerables restos de basura en los márgenes cercanos al río.
Finalmente y luego de muchas negociaciones, River adquiere un préstamo del Gobierno a través del Banco Hipotecario Nacional, dado que la idea de construir un estadio que pudiese ser considerado como el estadio nacional, pero que estuviese manejado por un club como River Plate en lugar de estar en manos del Estado, sedujo a los gobernantes, quienes dieron el visto bueno. Anteriormente a eso, el Club adquirió los terrenos en cuestión a un valor de 11 pesos el metro cuadrado. River compró alrededor de cinco hectáreas y la Municipalidad de Buenos Aires donó otras 3,5 hectáreas, que son en definitiva las 8,5 que el Club posee en la actualidad.
En 1934, el Club llama a concurso nacional de anteproyectos para la construcción del Monumental. La idea era simple: diseño de un estadio con pista de atletismo, completamente construido en hormigón armado, con instalaciones deportivas anexas tanto en el interior como el exterior del mismo, y que contemplara la posibilidad de llegar a una súper capacidad de 120.000 espectadores. En aquella época, los Juegos Olímpicos eran mucho más populares que los mundiales de fútbol, de allí la necesidad de incorporar una pista de 400 metros alrededor del campo, con la esperanza de poder albergar dicha competencia internacional. Algo que nunca ocurriría…
El 1º de diciembre de 1935, en asamblea extraordinaria, se presentaron ante los socios los planos aprobados del Estadio, planos definitivos, con la reseña de los trabajos a realizarse.
El concurso fue ganado por los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurra, con la ayuda del dibujante Fidias Calabria, lo que significó una marca de por vida en la historia de este afamado estudio de arquitectura, encargado de casi todas las remodelaciones al Monumental desde entonces.
El Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti fue inaugurado el 25 de mayo de 1938 y, un día después, se jugó un partido amistoso en el que River Plate derrotó 3-1 a Peñarol de Montevideo, con goles convertidos por Carlos Peucelle, Bernabé Ferreyra y José Manuel Moreno. Esa tarde, River alistó a Sebastián Sirni, Vassini, y Cuello (Bezos); Malazzo, José María Minella y Aarón Wergifker; Carlos Peucelle, Eladio Vaschetto. Bernabé Ferreyra, José Manuel Moreno y Adolfo Pedernera. El entrenador de River era el húngaro Emérico Hirschl.
El cierre de la herradura
La estructura del Monumental era similar a la de una herradura, ya que para la década de 1950 restaba la construcción de la tribuna que hoy se conoce como la Sívori.
En 1958, durante la presidencia de Enrique Pardo, este sector iba a llamarse platea Colonia, pero dada la transferencia del jugador Enrique Omar Sívori a la Juventus de Italia, se pudo sustentar la inversión de las obras, con el ingreso de la suma del pase (18 millones de pesos). Con la conclusión de la tribuna, la capacidad era de 30.000 personas.
Sede de la Copa del Mundo
El Estadio Monumental fue uno de los elegidos para ser escenario del Mundial de 1978. Por ello, se le realizaron reformas con el fin de lograr la construcción de la bandeja alta de la tribuna Sívori, y la apertura de un área para la prensa en el sector medio de la Belgrano. River Plate debió hacerse cargo del costo de la obra, que pudo cancelar en cuotas luego de varios años, pero a un valor mucho más costoso que el monto original por causa de la importante devaluación de la moneda argentina que se registró en aquellos años.
Durante el lapso de obras en que estuvo cerrado el Monumental, el primer equipo actuó de local en el estadio Tomás Adolfo Ducó del Club Atlético Huracán. La realización del Mundial de 1978 motivó la remodelación del estadio y, desde aquél entonces, se erigió la “Popular” Enrique Sívori.
Récord de asistencia
El 17 de agosto de 1975, River fue local ante Racing Club, en la última fecha del Campeonato Metropolitano cuyo título había ganado en la jornada anterior, luego de 17 años de frustraciones. Ese día, los hinchas colmaron la capacidad del Monumental, con una concurrencia inédita de simpatizantes de River que, además coparon la tribuna visitante, habiéndole dejado al público de Racing una porción muy reducida de la tribuna Centenario alta.
No existe una cifra exacta y confiable del número de hinchas riverplatenses que concurrieron ese día, pero el hecho de que las puertas del Monumental se abrieran sin restricciones para socios y simpatizantes y de que todos los sectores de las plateas fueron desbordados por hinchas de pie, al punto de no poder ingresar una hora antes del inicio del partido. Además, muchísimos socios vieron el encuentro desde la pista de atletismo, ya que por entonces los controles de la AFA en ese sentido eran muy flexibles. La cifra de espectadores se habría acercado a los 100.000.
El partido, que ganaba River por 2 – 0, debió ser suspendido al finalizar el primer tiempo por una invasión de hinchas en el campo de juego.
Hacia 1969, la dirigencia de River había instalado plateas en toda la tribuna Belgrano alta y en la mitad de la San Martín Alta. En las finales de la Copa Libertadores de 1986 y 1996, contra el América de Cali, se vio el máximo de público luego de la remodelación en la cual añadieron butacas. Concurrieron aproximadamente 80.000 espectadores.

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